Declaración del Presidente de la República de Azerbaiyán, Heydar Aliyev, para los periodistas en el aeropuerto Bina antes de la salida para Lisboa para tomar parte en la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de los países - miembros de la OSCE - 30 de noviembre de 1996


Volamos a una reunión en Lisboa. Esta reunión concierne no sólo a nosotros. La cumbre de Lisboa es una reunión de jefes de los Estados miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Allí se discutirán los problemas relacionados con la seguridad y la cooperación en Europa, el mundo. Sin duda, cada estado, cada país trata de mostrar sus esfuerzos para resolver problemas comunes y de su país, su Estado, su región.

Queremos que en Europa se establezca la paz, la seguridad, la tranquilidad. Al mismo tiempo queremos que sean solucionados y nuestros problemas, es decir, sean dados algunos pasos para establecer la tranquilidad, la paz en el Cáucaso, arreglar el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán. En este sentido, hemos hecho un gran trabajo, en repetidas ocasiones he hablado de esto. La reunión de Lisboa no es el tribunal para pronunciar sentencia. Simplemente, se expresará una actitud respecto a algunas cuestiones fundamentales. Nuestro objetivo es lo que los documentos del encuentro de Lisboa abran nuevas posibilidades para el arreglo pacífico del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán. Esto es nuestro objetivo, no tenemos un objetivo de ganar a alguien, condenar a alguien. Nuestra posición es conocida. Hemos hecho un gran trabajo en el Grupo de Minsk, luego en Helsinki, en últimos tiempos en Viena. Ya algunos días, nuestros representantes trabajan en Lisboa.

El principio básico de la OSCE - la integridad territorial y la soberanía de cada país, la inviolabilidad de las fronteras - en relación a Azerbaiyán sigue sin ser reconocida por Armenia. Nuestro objetivo es lo que sea expresado una opinión definitiva sobre esta cuestión. Me he dirigido a todos los jefes de los Estados miembros de la OSCE, he enviado cartas, he recibido respuestas de los jefes de muchos Estados. Todos lo apoyan, pero cuando se reunirán, debe ser un consenso. Que resultará, veremos.

En todo caso, creo que cada reunión de este tipo confirma confirma que Azerbaiyán es un país amante de la paz, contribuye a eliminar las opiniones negativas que surgieron respecto a Azerbaiyán en el mundo desde el comienzo del conflicto y ofrece una buena oportunidad para la creación de opiniones positivas. Esto es nuestro logro. Considero como positivo también el período transcurrido desde Budapest a Lisboa.