Declaración del Presidente de la República de Azerbaiyán, Heydar Aliyev, en ‎relación a la discusión de la "Enmienda de Porter" en el Congreso de los EEUU - ‎Palacio Presidencial, 13 de junio de 1996‎


Señor embajador, hoy lo he invitado en relación a un problema muy importante. Este problema tiene una gran importancia tanto para la República de Azerbaiyán como para las relaciones entre Estados Unidos y nuestro país.

Se sabe que desde la proclamación de su independencia, y hasta el día de hoy, la República de Azerbaiyán en su política exterior siempre ha tratado de desarrollar los vínculos con los Estados Unidos de América. Pienso que en esta esfera se han logrado buenos resultados. Estamos siendo testigos de esfuerzos semejantes por parte de los Estados Unidos, especialmente de su gobierno, cosa que apreciamos en Azerbaiyán.

Pero, al mismo tiempo, se sabe que en 1992 el Congreso de Estados Unidos aprobó una resolución injusta contra Azerbaiyán. Se realizó una enmienda al artículo 907 del "Acta de apoyo a la libertad", por la cual se prohibió prestar ayuda a Azerbaiyán. Pienso que tanto en el momento de realizar la enmienda como en el período posterior a ella se cometió un acto de injusticia contra Azerbaiyán, injusticia que continúa hasta la fecha.

Según explican, el motivo por el cual fue tomada esta decisión discriminatoria es el supuesto bloqueo que Azerbaiyán ejerce sobre Armenia. De este modo, ya hace más de tres años que Azerbaiyán sigue siendo la única de las repúblicas de la ex Unión Soviética que se ha visto privada de la ayuda prevista por Estados Unidos en el marco del "Acta de Apoyo a la Libertad".

En los encuentros mantenidos tanto con usted como con los hombres de estado de los Estados Unidos de América, hemos declarado más de una vez que la resolución tomada contra Azerbaiyán no tiene ningún fundamento, ya que Azerbaiyán no ejerce un bloqueo sobre Armenia. La realidad es que las fuerzas armadas armenias ocuparon el 20 por ciento del territorio de Azerbaiyán, de donde fueron expulsados más de un millón de nuestros ciudadanos, quienes pasaron a ser refugiados. Quiero especialmente recalcar que, como resultado de la ocupación, la línea férrea de Azerbaiyán, incluyendo el tramo que une Azerbaiyán con Armenia, Najichevan y Nagorno-Karabaj, se halla bloqueada. Por supuesto, en tales circunstancias no se puede afirmar que Azerbaiyán ejerza un bloqueo sobre Armenia. Así, los procesos en curso, en particular después de 1992, indican que ha sido Azerbaiyán el que fue sometido a una gran agresión. Además usted sabe que Azerbaiyán se encuentra bloqueado en el norte, ya que nuestros ferrocarriles y vía marítima fueron cerrados por parte de Rusia.

Por eso, más de una vez planteamos esta cuestión ante los órganos estatales de los Estados Unidos de América para revocar esta resolución injusta contra Azerbaiyán.

Como usted sabe, las relaciones establecidas en los últimos años entre los Estados Unidos y Azerbaiyán se están desarrollando muy intensamente. Azerbaiyán considera a los Estados Unidos un país amistoso y un socio valioso, sobre todo en el campo económico, donde hay posibilidades de una cooperación amplia. La participación de grandes compañías de petróleo de los EE.UU. en los contratos de petróleo, firmados en septiembre de 1994 y en noviembre de 1995 sobre el uso de nuestros recursos de petróleo, demuestran que hemos establecido relaciones muy estrechas con los Estados Unidos de América.

Además, siempre mencionamos el importante papel de los Estados Unidos en el arreglo del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, y queremos que los Estados Unidos, hoy y en el futuro, desempeñen un papel importante en este proceso. Es sabido que estamos avanzando en el arreglo por vía pacífica del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán; hace dos años llegamos a un acuerdo de alto el fuego. Es decir, una vez más demostramos al mundo nuestras intenciones pacíficas y el deseo de vivir con Armenia en condiciones de paz. Pienso que durante este periodo hemos demostrado a todo el mundo que Azerbaiyán es un Estado amante de la paz, no quiere la guerra, es partidario del arreglo pacífico del conflicto con Armenia y está dando pasos importantes en esta esfera. En este caso, la resolución del Congreso de los Estados Unidos de América contra Azerbaiyán, por supuesto, causa gran preocupación para nosotros y nuestra comunidad.

Durante estos años los Estados Unidos de América han prestado ayuda material y financiera a los países que formaban parte de la ex Unión Soviética, que ahora están experimentando un período de transición. En particular prestan gran ayuda material y financiera a Armenia. Pero Azerbaiyán está privado de asistencia financiera. Esta injusticia cometida contra nosotros no tiene ningún fundamento, cosa que he declarado en más de una ocasión. En particular, produce gran sorpresa el que esta injusticia persista a pesar de la estrecha cooperación y las amistosas relaciones que se han establecido entre los EE.UU. y Azerbaiyán en los últimos años.

Hablé sobre esto en mis encuentros de septiembre de 1994 y octubre de 1995 en Nueva York con el presidente de América, señor Bill Clinton, en los cuales le expuse mis opiniones. Durante nuestras conversaciones el señor Bill Clinton me dijo que él mismo estaba en contra de tal resolución; hoy también está en contra. Sin embargo, por desgracia, no se han dado los pasos necesarios ni han sido tomadas las medidas necesarias para anular esta resolución. El año pasado, el congresista Wilson propuso modificar este artículo, y su propuesta fue aprobada. Consideramos esa pequeña modificación como un logro para nosotros, y con motivo de ello envié cartas de agradecimiento al señor Bill Clinton, al presidente de la Cámara de Representantes, señor Gingrich, al congresista Wilson y a otros. Por desgracia, esta modificación sólo ha quedado como tal y no ha producido ningún resultado práctico. Esperábamos que, si no era posible anular por completo la enmienda al artículo 907, se daría un nuevo paso hacia la toma de una resolución más detallada.

Sin embargo, en lugar de ello apareció la enmienda del congresista Porter. La enmienda de Porter no sólo no ayuda a Azerbaiyán, sino que, por el contrario, le ha asestado un nuevo golpe que amenaza su integridad territorial y le causa un gran daño.

Después de que surgiera la "Enmienda de Porter" nos dirigimos a usted, y di instrucciones al Embajador de Azerbaiyán en Washington para que mantuviera conversaciones con los círculos pertinentes para prevenir su aprobación. Por desgracia, no pudimos conseguirlo. Lo sé porque recibimos todo tipo de información. Pero hoy he recibido la noticia de que la "Enmienda de Porter" ya ha sido aprobada en la Cámara de Representantes del Congreso. Esto es muy preocupante para nosotros. Esto causa gran preocupación en nuestra sociedad. Sin dudas, teniendo relaciones amistosas con los Estados Unidos de América, no podemos comprender la adopción de esta enmienda. Quizás yo hasta cierto punto lo entienda, pero el pueblo no.

Sabemos que el Parlamento, el Congreso de los Estados Unidos de América, no depende del presidente o el gobierno. Estos no pueden ejercer una gran influencia sobre él; el Congreso a veces aprueba tales resoluciones. Sin embargo, le manifiesto abiertamente que para nuestra sociedad los Estados Unidos de América son un estado grande. No es posible explicar a la gente que el Presidente está en contra, pero que la decisión la toma otro. Sin embargo, la decisión es perjudicial para Azerbaiyán, causa daño a las relaciones entre Azerbaiyán y América. En Azerbaiyán hay un proverbio: hacer un flaco favor a alguien. Esto aproximadamente fue así. Hemos tratado de anular esta enmienda, y a cambio de ello la situación se ha agravado aún más.

Señalo una vez más que si las resoluciones o medidas tomadas –independientemente de cómo fueron aprobadas- son justas, entonces es difícil estar en contra de ellas. Pero no es posible comprender ni aceptar una resolución injusta. Por eso hoy expreso a usted, y por intermedio suyo a los Estados Unidos de América, el descontento de Azerbaiyán con motivo de esto. Quiero decir que nunca podremos aceptar dicha enmienda. Esta enmienda es dañina para Azerbaiyán y en cierta medida pone en duda su integridad territorial. En general, esto impide seriamente el arreglo pacífico del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, el problema de Nagorno-Karabaj.

No puedo comprender a quién sirve el congresista Porter ni por qué lo hace. Eso no es asunto mío. Pero pienso que el Congreso de los EE.UU. es un órgano respetado y no debe permitir tales pasos injustos. Digo una vez más que esto ha causado preocupación no sólo en los círculos gubernamentales, sino también en la sociedad. Por favor, transmitan mis palabras a su Estado, al jefe de Estado, a sus dirigentes, incluso al estimado presidente, señor Bill Clinton. No podemos aceptar dicha enmienda. Me dicen que después de la Cámara de Representantes, el Senado también aprobará esta enmienda. Pido que se impida, mediante el Senado u otros medios, la adopción de esta enmienda. Lo he convocado para transmitirle estas palabras.

A pesar de la enmienda al artículo 907, agradezco a los EE.UU. por la ayuda prestada a Azerbaiyán hasta ahora. Sin embargo, el sentido de mi política y de nuestra política en general consiste no sólo en anular la enmienda al artículo 907 para que ustedes nos ayuden. Hasta ahora hemos vivido sin esta ayuda, podemos vivir también en el futuro. Ustedes han prestado a Armenia diez veces más ayuda que a nosotros. Eso lo toleramos. Sin embargo, estamos preocupados por la injusticia. Y mi insatisfacción tiene relación con la discriminación contra Azerbaiyán. No podemos resignarnos a esto. No importa, sobreviviremos incluso sin su ayuda.

Las relaciones amistosas y de buena cooperación económica establecidas en los últimos tiempos entre los Estados Unidos de América y Azerbaiyán confirman que no se puede cometer tal injusticia y discriminación contra nosotros. Conocemos su posición personal respecto a este problema. Aprecio su posición objetiva y solidaridad hacia nosotros. Eso nos da apoyo. Pero nos preocupa que el problema siga sin resolverse.

Apreciamos el importante papel del sistema estatal de los EE.UU. en la defensa de la democracia. Sin duda, el sistema estatal de América es asunto propio, no hay nada que podamos añadir a esto. Sin embargo, como usted ha dicho, si este sistema estatal crea problemas en la política exterior y toma resoluciones tan injustas, entonces, por supuesto, no puede ser considerado normal. Pero una vez más quiero señalar que no es asunto nuestro, sino suyo. Simplemente queremos que no se permitan injusticias respecto a Azerbaiyán, independientemente del sistema estatal. Realizamos un trabajo grande para arreglar el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán. Más de una vez expresamos nuestros deseos en relación al papel activo de los EE.UU. en el arreglo de este problema. Todo esto nos da motivos para exigir la anulación de la enmienda al artículo 907 sobre Azerbaiyán. Si esto no se hace, entonces y ahora hay una injusticia. Si esto no se hace, entonces es necesario no permitir la agravación. Repito, la enmienda del señor Porter, en lugar de aliviar la situación, la empeora para nosotros. No dudo, estoy seguro de que usted seguirá cooperando con nosotros y tratará de resolver este problema. Espero que su opinión contribuya a prevenir la aprobación de la "Enmienda de Porter" en las etapas siguientes. Con motivo de esto hoy he enviado una carta al señor Bill Clinton, al señor Gingrich y al señor Albert Gore. Deseo que, como resultado de nuestra cooperación y esfuerzos conjuntos, esta enmienda sea declinada y Azerbaiyán no reciba otro golpe. Confío en que juntos podremos lograrlo.

Periódico "El obrero de Bakú", 18 de junio de 1999.