Discurso del Presidente de la República de Azerbaiyán, Heydar Aliyev, en el ‎encuentro con los miembros de las familias de los mártires, que en el día de dolor ‎nacional llegaron a las tumbas de sus familiares en la Alameda de los Mártires - ‎Bakú, Alameda de los Mártires, 20 de enero de 1998‎


Hoy es un día de gran luto y para ustedes, y para nosotros, esto no sólo es Su tragedia, es la tragedia de toda nuestra nación, todo nuestro pueblo. Ocho años han pasado desde aquella noche terrible, día terrible. Pero nuestro pueblo nunca lo olvidará, porque esto no fue un ataque, una agresión contra algunas personas, fue una agresión militar contra todo el pueblo azerbaiyano, toda la nación azerbaiyana, el país de Azerbaiyán, fue un genocidio contra nuestro pueblo. Los que murieron como resultado de esta agresión, son héroes nacionales, son héroes de nuestra nación. Sus muertes es una gran pérdida, tragedia y para nosotros, y para nuestro pueblo, y para ustedes, y para los miembros de sus familias. Pero, al mismo tiempo lo que se hicieron los mártires - es un signo de heroísmo de nuestro pueblo. La sangre, derramada por ellos, es la sangre de todo nuestro pueblo, en cada gota de sangre de los muertos - la fuerza de nuestro pueblo, el heroísmo de nuestro pueblo, la aspiración de nuestro pueblo a la libertad y la independencia nacional. La sangre, derramada en aquella noche, es sagrada. Se ha unido con la sangre derramada por nuestros pueblos a lo largo de los siglos en la lucha por la libertad, la independencia nacional. La sangre derramada en aquella noche es la sangre de nuestra bandera nacional, que demuestra la independencia de Azerbaiyán.

Nos entristecemos siempre por las pérdidas, las víctimas. Estamos junto con ustedes. Esto no es sólo Su dolor, Su desgracia, es la pena de todo el pueblo azerbaiyano. Haciendo mártires, derramando su sangre se han inmortalizado. Demostraron a todo el mundo la aspiración de nuestro pueblo a la independencia, la libertad nacional, la preparación para hacerse los mártires en esta vía y de ese modo mostraron los ejemplos de heroísmo.

Cada persona que ha venido al mundo, dejará este mundo. Este mundo no es para siempre. Pero los que han dejado este mundo con la fidelidad al pueblo, la nación, elevando el espíritu de independencia nacional del pueblo, son las personas más sagradas. Ellos no se encuentran entre nosotros pero están en nuestros corazones, en el corazón de todo el pueblo de Azerbaiyán. La afluencia de la gente a la Alameda de los Mártires y el deseo de cada azerbaiyano de visitar estas tumbas sagradas testimonian que los mártires siempre vivirán en el corazón de nuestro pueblo, que nunca los olvidará.

Estos días, recordando el aniversario de la tragedia de 20 de Enero, condenamos una vez más los que cometieron esta agresión contra nuestro pueblo, el genocidio contra nuestro pueblo, los que mataron a estas personas inocentes. A veces dicen que ellos no son castigados. Hay diferentes formas de castigo. Hay un castigo, cuando a una persona aíslan de la sociedad por algún delito. Él en un tiempo determinado cumple su pena. Pero hay los que son condenados por el delito cometido al castigo constante, y en Moscú, y en Azerbaiyán. Independientemente del lugar de residencia - en Moscú, en otras partes del mundo, aquí - en la tierra de Azerbaiyán, incluso entre nosotros, - son condenados al castigo constante. Si tienen una gota de conciencia, deben entender, que crimen grande han cometido, que castigo grande deben sufrir. Y que desvergonzados no sean algunos de ellos, pienso que el desprecio del pueblo es un castigo más grande, este desprecio será eterno.

En 1994 durante dos meses mantuvimos una discusión. Como ustedes recuerdan, a principios de enero de 1994 dije que la tragedia de 20 de Enero no había recibido una apreciación política. Lo discutimos en el Milli Majlis. Cada uno expresó su opinión y tomamos una decisión. Sin duda, esta decisión no abarca todo. Sin embargo, pienso que esta decisión tiene un significado histórico. Algunas personas dicen que alguien fue incluido en la decisión, alguien - no. Pero hoy, en el día del octavo aniversario de la tragedia del 20 de Enero, les digo que los órganos dirigentes superiores del gobierno de la Unión Soviética, sus dirigentes, también todos los que en aquel período dirigían Azerbaiyán, - y primero, y segundo, y tercero, y cuarto, y quinto - todos son culpables de esta tragedia.

Anoche veía la televisión. Hablaron algunas personas. Uno de los dirigentes de entonces dijo que "a las 11 de la noche nos fuimos a casa, no sabíamos que el ejército entraría en Bakú. Esto sabían solamente Vezirov y Mutalibov". ¡Mentira! Este ejército durante un día, un minuto no podía lanzarse a la ciudad en paracaídas. 10-15 días antes de la tragedia las tropas se instalaban sucesivamente alrededor de Bakú. A las 12 o la 1 de la noche de diferentes direcciones de Bakú las tropas de pronto atacaron el centro de la ciudad. ¿Fueron lanzados en paracaídas? ¡Todo esto es mentira! Que tengan una conciencia, que en estos días digan la verdad. ¿Cómo resultó así que a las 11 de la noche se fueron tranquilamente a dormir, y por la mañana, al despertarse, vieron que había una tragedia? Toda la noche hasta mañana la ciudad de Bakú fue cubierto de sangre. Todos ellos son culpables.

Ayer estuve muy indignado. Que debe tener el descaro para declarar por la televisión: "no lo sabía, no sabía esto. Esto sabían solamente Mutalibov, Vezirov y Elmira Gafarova". Sí, sabían y son culpables. Otros tambièn sabían. Cómo resultó así que las gentes sencillas sabían, estaban indignados, llamaban por telèfono uno a otro, decían que allí pasó un tanque, aquí - un tiroteo, dispararon allí ... pero, ellos dormían tranquilamente.

Por la noche, cuando duermo, me despierto con el sonido de un disparo. ¡Como debe ser sordo para no oír, cuando estos tanques, cañones, autómatas, ametralladoras hacían fuego contra todos los edificios de la ciudad! ¡Fueron ciegos, dormían así que no podían despertarse! Todos ellos son culpables. Ellos deben saber que si juridicamente su culpa no está demostrada, la culpa moral es evidente. ¿Qué quiero decir con esto? Ustedes son testigos del heroismo de nuestro pueblo que se sacrificó. Debemos estar orgullosos de estas personas. - Ellos, nuestros mártires han demostrado el heroismo, la valentía del pueblo azerbaiyano. Pero, los que ocupando los altos cargos dormían tranquilamente en sus casas, eran indiferentes hacia el destino del pueblo, y hoy viven tranquilamente. Son traidores a su pueblo. Cada uno de ellos ha cometido un gran crimen. Pero ahora no tenemos un objetivo de vengar. Sin duda, cada uno debe recibir su merecido castigo. Noto una vez más que el desprecio del pueblo, tal vez, es el castigo más pesado para ellos. Siempre será así. Nuestro objetivo es mostrar al mundo que contra el pueblo azerbaiyano fue cometido un delito por el Estado, las fuerzas dirigentes, las personas dirigentes de este Estado, a que este pueblo servía durante 70 años en el siglo ХХ.

El heroismo de los mártires ha elevado el nivel moral de nuestro pueblo. Cuando llegamos aquí, visitamos estas tumbas, le pedimos a Dios por el eterno descanso de sus almas. Ante de cada uno de ellos personalmente inclino mi cabeza, porque su muerte ha glorificado nuestro pueblo. Sí, han abierto el camino para nuestra independencia. Han demostrado que es imposible apartar nuestro pueblo de este camino, y hemos obtenido la independencia. Vivimos y viviremos en este Estado independiente y un mérito especial en esto pertenece a los mártires. Son personas que pusieron la base de esta independencia. Pueden estar seguros que nunca serán olvidados su sangre derramada, su heroismo. Sus muertes ha consolidado más el pueblo azerbayano, le ayuda y ayudará a seguir por el camino de la independencia.

¡Estimados hermanas, hermanos! ¡Estimadas madres! Les expreso mi respeto y estima. Sepan que ustedes son muy queridos para nuestro pueblo, personalmente para mí. Ustedes han criado tales héroes, tales personas heroicas vivían en sus familias. Ustedes pueden estar orgullosos. Todo esto debe consolarles. Que Alá les de paciencia. Que Alá de paciencia a nuestro pueblo. Pero seguimos por la vía exitosa. Hemos tenido pérdidas, víctimas en esta vía, las pérdidas pueden ser y en el futuro. Pero seguimos y seguiremos por esta vía, los mártires y su heroismo, como una gran antorcha, ilumina e iluminará nuestra vía. ¡Que de Dios goce de nuestros mártires!