Estoy muy contento de reunirme con ustedes hoy. Les saludo cordialmente a todos ustedes, expreso mi respeto y estimo.
Como ustedes saben, estoy aquí para realizar una visita oficial por invitación del estimado Presidente de Turquía Suleyman Demirel. Durante dos días hemos tenido reuniones y negociaciones muy importantes y significativas. Se firmaron tratados, incluido el Tratado de Amistad y Cooperación, para desarrollar las relaciones bilaterales entre Turquía y Azerbaiyán. Ayer por la noche llegué a Estambul y me dijeron que hay una posibilidad para reunirme con usted aquí. Me he quedado muy contento con la posibilidad de esta reunión y repito que estoy muy satisfecho de venir a un encuentro con ustedes.
Fui informado de su conferencia cuando estaba en Bakú. Atribuyendo gran importancia a esta conferencia, y tomando en cuenta que es importante para todas las gentes, envié una carta especial a su conferencia. Me complace que ustedes hayan recibido mi carta y se hayan familiarizado con ella. Creo que la importancia principal de la conferencia reside en que ustedes han puesto en primer plano la llamada a la conciencia, cuestiones de paz y armonía. Ahora, esto es muy importante para todo el mundo, para todos los pueblos. Por desgracia, en los últimos años, al final del siglo XX en diferentes regiones del mundo la paz está perturbada, hay colisiones, batallas, guerras entre los pueblos, estados, diferentes grupos, todo esto impide а las gentes llevar una vida normal. Teniendo en cuenta los naturales procesos socio-políticos ocurridos en el mundo a finales de este siglo, en ningún caso se debe permitir que estos procesos sean acompañados por las guerras, enfrentamientos, derramamiento de sangre.
El consejo más importante de Dios para las gentes que viven en la tierra es que ellos vivan con buena voluntad, en paz, en condiciones de respeto y comprensión mutua. Por eso la llamada a la conciencia, las iniciativas de los religiosos para la tolerancia y paz significan seguir el camino indicado por Dios, y también son de gran ayuda para la gente para que puedan vivir en paz. Las principales causas de las guerras, las batallas entre Estados, la lucha entre diferentes grupos socio-políticos, por supuesto, tienen un carácter político, étnico, tienen como objetivo conquistar por la fuerza las tierras de otros Estados. Todo esto, por supuesto, no puede tener carácter religioso.
La diferencia entre todos los valores morales de la gente y la religión reside en el hecho de que la religión siempre ha llamado a la amistad, solidaridad y unidad a la gente independientemente de su pertenencia religiosa. Hoy estamos siendo testigos de esto. Su conferencia, la discusión de las cuestiones que preocupan a todos los pueblos del mundo, - la llamada a la conciencia, las cuestiones de paz y tolerancia, – en la reunión de los representantes de las diferentes religiones es un ejemplo vivo. Elogio y apruebo cordialmente esta iniciativa y su trabajo valiente. He expresado mis pensamientos a este respecto en la carta enviada a ustedes, y estoy muy contento de que ahora tengo la posibilidad de encontrarme personalmente con ustedes y decir estas palabras. Su reunión, solidaridad, amistad demuestran que las personas independientemente de su religión, raza pueden vivir juntos, hacerse amigos cercanos y organizar su vida.
Sus actividades tiene gran importancia para la República de Azerbaiyán. Azerbaiyán es un Estado multinacional. En nuestro país muchas naciones viven juntos desde hace siglos. Como ustedes saben, en Azerbaiyán, ademas de la religión del Islam, también hay cristianismo y judaísmo, que coexisten en un ambiente muy agradable. Lo hemos declarado. Yo como Presidente de Azerbaiyán he declarado en repetidas ocasiones que los ciudadanos de nuestro país tienen los mismos derechos independientemente de su religión, raza, opiniones políticas y sus derechos están protegidos por el gobierno de Azerbaiyán. Ustedes pueden estar seguros que siempre seremos fieles a nuestros principios, y en el futuro Azerbaiyán no permitirá que entre sus ciudadanos empiece un conflicto desde un punto de vista religioso, lingüístico y político.
Con profundo pesar puedo decir que en nuestra región, el Cáucaso - Armenia, Azerbaiyán y Georgia, hay grandes tensiones y enfrentamientos por motivos étnicos, sobre la base étnica, incluso se libra una guerra, se derrama la sangre. Estamos muy preocupados por todo esto. Ustedes pueden estar seguros de que el Estado de Azerbaiyán y yo personalmente, como presidente, tratamos y seguiremos tratando de poner fin a los conflictos sobre la base de los principios étnicos en nuestra región.
Sin duda la situación en la República de Azerbaiyán es muy difícil por la agresión militar de las fuerzas armadas armenias contra de la República de Azerbaiyán. Ustedes deben saber que el conflicto surgido entre Azerbaiyán y Armenia por el "problema de Karabaj" hace seis años, ya se ha convertido en una gran guerra. Creo que nuestros pueblos – azerbaiyanos y armenios no desean este conflicto. Por desgracia, algunos grupos extremistas, nacionalistas y oportunistas que quieren conseguir sus fines egoístas, han atraído a nuestros pueblos a este conflicto, y como he dicho este conflicto se ha convertido en una gran guerra a gran escala.
La ocupación del 20 por ciento de nuestro territorio en el resultado de la agresión de las fuerzas armadas armenias contra Azerbaiyán es una consecuencia de la guerra. Más de un millón de nuestros ciudadanos que perdieron sus hogares, sus tierras, se convirtieron en refugiados, y ahora viven en condiciones muy difíciles. No queremos la guerra, tratamos de ponerla fin, queremos paz entre Armenia y Azerbaiyán. Los pueblos de Armenia y Azerbaiyán eran vecinos desde hace siglos, y vivirán lado a lado en el futuro. No hay otro camino. Por eso esta guerra no tiene futuro, la paz debe ser su único resultado. La paz puede ser establecida sólo con una condición: la integridad territorial, la inviolabilidad de las fronteras de ambos Estados, ambas repúblicas deben ser aseguradas, es decir, la integridad territorial de Azerbaiyán debe ser asegurada, los ocupantes armenias deben abandonar el territorio de Azerbaiyán, y los azerbaiyanos deben vivir en sus tierras. Nadie quiere violar la integridad territorial de Armenia, y la inviolabilidad de sus fronteras deben ser aseguradas. Esta es una fórmula simple, un principio simple. Pero hay grandes obstáculos en su aplicación y la guerra que dura aproximadamente seis años, es uno de estos obstáculos.
No tenemos reivindicaciones territoriales en Armenia. Pero, sin duda, no podemos ceder nuestras tierras a Armenia.
Nuestros esfuerzos de paz, por desgracia, no han dado ningún resultado. Las actividades de las organizaciones internacionales - las Naciones Unidas, el Grupo de Minsk de la CSCE creado en relación con este asunto, todavía no han dado resultados. Incluso los líderes religiosos - Sheikh ul-Islam Haji Allahshukur Pashazade y el jefe de la Iglesia armenia se han encontrado en varias ocasiones. Por desgracia, estos encuentros también terminaron sin resultado. Sin embargo, continuamos con nuestra política de paz, vamos a hacer todos los esfuerzos para la solución pacífica de esta cuestión. Al mismo tiempo quiero señalar que Azerbaiyán no es débil. Si nuestras iniciativas pacíficas no darán ningún resultado, entonces vamos a liberar nuestras tierras por la fuerza, expulsar a los ocupantes armenios de nuestras tierras. Sin duda, nosotros preferimos la paz y vamos a seguir por este camino. Pero si alguien quiere continuar la guerra, nosotros también podemos hacerlo. No hay otro camino. Quiero mencionar una cosa más. Esto es un conflicto de carácter territorial, es decir, las fuerzas armadas armenias ocuparon una parte del territorio de Azerbaiyán, queremos expulsarlos de allí. Como resultado de la poderosa propaganda de Armenia en algunas partes del mundo se ha creado una opinión que como si el Estado de Azerbaiyán, el gobierno de Azerbaiyán quisiera llevar a cabo las masacres contra los armenios de Nagorno Karabaj y expulsarlos de este territorio. Todo esto es una mentira. Tales acusaciones carecen de fundamento. Quiero declarar con toda responsabilidad una verdad: el gobierno de Azerbaiyán, el pueblo azerbaiyano no tienen como objetivo actuar contra los armenios que viven en la República, o expulsarlos de aquí. Ellos pueden vivir libremente en sus lugares, el Estado de Azerbaiyán, y yo personalmente, como Presidente, garantizamos su seguridad completa, su vida libre, la creación de su vida utilizando libremente sus tradiciones nacionales, su cultura, religión e idioma.
Siempre era así. Antes del conflicto de Nagorno Karabaj, el 70 por ciento de la población eran armenios, el 30 por ciento - azerbaiyanos. Por lo tanto, si se trata de derechos humanos, entonces, sin duda, los derechos de armenios y azerbaiyanos deben ser protegidos, porque tanto armenios como azerbaiyanos vivían en este territorio. Tenemos posibilidades de crear las condiciones para que los armenios y azerbaiyanos vivan en la vecindad, la amistad. Tales condiciones han existido y continúan existiendo
Recientemente en la prensa se han propagado los rumores peligrosos en relación al conflicto, la guerra entre Armenia y Azerbaiyán. El hecho de que algunas personas intentan difundir una idea de que esta guerra podría convertirse en una guerra entre cristianos y musulmanes. Todo esto es una propaganda sin fundamento, premeditada, tiene un carácter de intriga. Quiero expresar mi protesta contra estas ideas y rechazarlas. Les quiero asegurar que nuestras actividades están encaminadas a garantizar la inviolabilidad de la integridad territorial de la República de Azerbaiyán, sus fronteras reconocidas y aceptadas por las organizaciones internacionales.
Muchas naciones históricamente han vivido en Azerbaiyán. Aquí, los rusos, armenios, judios, georgianos, ucranianos, y otras naciones han vivido junto a los azerbaiyanos, y vivirán en el futuro. Azerbaiyán es un Estado multinacional, y creemos que esto es una gran ventaja para nuestro país.
Al expresar mis pensamientos quiero que ustedes estén mejor informados sobre la situación actual en Azerbaiyán. Al mismo tiempo, quiero contribuir en cierta medida a su trabajo común. Una vez más repito que ustedes están haciendo un trabajo muy noble, valioso. Les deseo mucho éxito en su trabajo. Les invito a todos ustedes a Azerbaiyán. Me alegraré de encontrarme con ustedes en Azerbaiyán. Si ustedes no pueden venir juntos, estoy listo para recibir cada uno de ustedes individualmente. Espero que nuestra cooperación continúe. Les deseo éxito en su noble trabajo a favor de las gentes, la humanidad, el mundo.
Estas condiciones han sido creado para ustedes por la República de Turquía, y esto muestra que el país hermano y amigo para nosotros, en realidad quiere que todas las naciones vivan juntos. Creo que el Ministro de Asuntos Religiosos de Turquía merece un gran respeto por esta iniciativa.
Repito que estoy contento de encontrarme con ustedes. Gracias por la atención.
Periódico "Azerbaiyán", 11 de febrero de 1994